NO HAY ADENTRO SIN AFUERA


El camino espiritual que emprendí es la aventura más dolorosa y feliz que una persona puede experimentar e imaginar. Digo dolorosa porque conocerse asimismo no es una tarea fácil, tuve que silenciar mi ego para poder escuchar mi voz interior, aceptar mis aspectos más misteriosos que  suelo negar, rechazar, esconder y feliz porque a través de la meditación puedo tener una vida interior que nace con la autoconciencia, con la facultad de decir YO y de marcar así la presencia de una identidad. Una vida interior que se apoya en sensaciones, emociones, afectos, sueños e intuiciones intransferibles que se fueron integrando con los aspectos que yo negaba y cuando acepte esa parte de mi comencé a sentirme más confortable conmigo misma.
         Hacer el curso de Inteligencia Emocional me enseño que el camino de la perfección existe, comprendí que se debe ser feliz y para eso fue necesario cambiar creencias que me limitaban, inclusive las más simples. Con esto que les cuento no quiero que se confundan, yo no tengo una vida interior como un fenómeno que nace y muere puertas adentro, de hecho muchas personas es así como la suelen concebir y lo único que manifestaron fue un egoísmo justificado con el argumento del viaje interior, yo no quiero que esto me suceda, sino todo lo contrario quiero sacar mi mirada de mi propio ombligo por más lindo que este me parezca, quiero poner mi granito de arena para sacar a este mundo del *Solipsismo en el que flota, no quiero que esta creencia alcance proporciones epidémicas y tenga que ver como cada quien corre a salvarse a sí mismo a costa de los marginados y ver la indiferencia ante el dolor o las necesidades de los otros. Quiero tener una vida interior en relación con lo exterior, no quiero aislarme de los otros, quiero sentirme parte de un todo, quiero mirarme sin dejar de mirar hacia los otros, solo así podre descubrir mi razón de ser.

*Solipsismo: proviene del latín que significa SOLO YO EXISTO

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