CUANDO VUELVAS ...


Cuando vuelvas ...
Dejare que te acerques despacio,
Que tus ojos me iluminen,
Que tus manos me acaricien lentamente
Y que tus labios se encuentren con los míos,
Hasta que mi alma tiemble de emoción por
Sentirte en cada centímetro de mi cuerpo,
Como una llamarada de fuego que recorre mi piel.

Cuando vuelvas

Seré esa música constante,
Que con una nota larga,
Elástica y vibrante,
Te envuelve hasta hacerte enloquecer.

Cuando vuelvas

Mi sed se apagara lenta,
Pausada y tiernamente con tus besos,
Como pétalos de rosas perfumándome la piel.

Cuando vuelvas

Detendré el tiempo en el Mismo instante
Que tú llegas, para no dejarte partir
Nunca más.

Cuando vuelvas, cuando vuelvas
AUTOR:SILVINA GRAMAJO

Comentarios

Anónimo dijo…
Excelente Poema.
Felicitaciones
Te envio uno de mi repertorio

UN ADIOS EN EL SILENCIO



En silencio huiras como las gotas
de agua en los cristales

Como el atardecer en la sierra
silvestre del ocaso

Como la tenue luz en el umbral
de los recuerdos

¿Acaso huiras de las reminicencias?
o de la cofradia de fantasmas
que rondan tu lecho

Es sencillo el adiós en el silencio
es ver la furia del remolino
por los caminos polvorientos
de mi pueblo.

Es partir en la penumbra de la noche
acompañado de un errante lucero

Es sentir el fuego que calcina
A la pasión extraña de los dioses

Es observar como se esfuman
las ilusiones delirantes
en el espacio del ensueño

Es simplemente contemplar
el llanto del abrojo en la oscuridad
de la sombra sin regreso

Es la hora de partir,solo queda el sentimiento
me ire en caravanas eningmaticas
cuando arrecie el crudo invierno
cuando las olas en círculos se pierdan
vibrantes en el tiempo

Solo queda la mudez del rocío
en la espiga solitaria del convento

Todo llega a su final lo sentencia
el libro de los tiempos
la llama se ahoga atragantada
por el humo de los vientos

El moribundo muere en soledad
fatigado de tormentos

Mañana estarás en mi:
en el hermoso poema de Neruda;
en el sol que aterriza en la autopista
de tu cuerpo;
en el haz de luna que penetra en tu ventana
en plenilunio;
en la sonrisa delicada de la niña;
en el sutil aire que respira;
en la burbuja delicada del azul
aguamarina o en la solitaria
rosa que venden los juglares
en el iluso mercado de los sueños.
Autor Edgar Alvarado Arias


Santa fe de Bogotá año 2006-03-08
Ergasto dijo…
Desde el punto de vista de la crítica del lector
asumo solo uno entre más significados que me ha
dado la lectura de tu poema:

dice una poeta contemporánea:

"los caminos son de ida...nunca regresos."

Así yo agrego: Los amantes que regresan para volver
a soñarse, son la excepción de la regla.

Dejo este poema de Gelman como una manera de quedarme
releyendo el tuyo:

Quién dijo alguna vez: hasta aquí la sed,
hasta aquí el agua?

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el aire,
hasta aquí el fuego?

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el amor,
hasta aquí el odio?

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el hombre,
hasta aquí no?

Sólo la esperanza tiene las rodillas nítidas.
Sangran.

Juan Gelman
Adriana Lara dijo…
tenemos la misma edad casi... mi hijo mayor tiene 12... también el arte se entrelaza con mi historia y mi vida...
Un abrazo.
espero sinceramente que llegue quien esperás (que no sea Godot, que no sea Godot)
Adriana Lara dijo…
Amiga: qué tristeza!!!!! Pero Godot llega... llegará, de algún modo, porque lo llevás adentro.
Seguí leyendo mi folletín... quizás te encuentres en´alguno de mis pobres y atormentados personajes que buscan, buscan, buscan.
Lunes, miércoles y viernes iré subiendo los capítulos restantes.
Un abrazo de alguien que te comprende.
Adri.

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