MILAGROS
Por el ajetreo y alboroto cotidianos, a veces olvido de hacer un tiempo para agradecer las cosas que para algunos parecerán ORDINARIAS, (no se como expresarlo)O DE POCA IMPORTANCIA. Mi hijo Juan Ignacio tiene el extraño don de volverme a la realidad o de ponerme en mi lugar o hacerme acordar de agradecer las pequeñas o grandes cosas que la vida ofrece. Ayer por la tarde salí de mi casa con la intención de cobrar y de quedarme en el centro con mi niño a tomar unos helados, fui al cajero y retire parte de mi sueldo y lo guarde en mi billetera y a esta la puse en mi cartera (eso creía yo), me encontré con una amiga charlamos un rato y después decidí pasar por un negocio de venta de ropa a probarme un pantalón, recuerdo que saque mis documentos para realizar un crédito, pero no percate en ese momento que me faltaba la billetera, luego me senté en un bar con Juan para que el comiera su hamburguesa con papas fritas, es ahí donde me doy cuenta la falta de la misma y me puse como loca a revis